- Área: 254 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Patricia Forcen Scheu
“Casa a los pies de un barranco” es un proyecto situado en la periferia del municipio de Archena, al este de la Región de Murcia. Lugar aislado sin edificación existente y con unas condiciones orográficas pronunciadas. La ubicación de la parcela la hace vulnerable a la intimidad ya que ésta cuenta con un desnivel de doce metros aproximadamente entre el viario de acceso y el barranco situado en la parte trasera, lo que hace de la cubierta una de las fachadas principales de la vivienda.
Esta condición de ausencia de intimidad hizo afrontar la formalización del proyecto como un elemento introvertido. Al igual que sucediera en „Casa pequeña para una familia numerosa‟, se reflexiona sobre el concepto de recinto, y de cómo recinto y edificación forman un único elemento.
El acceso a la parcela es el elemento estructurador del proyecto. Peatones y vehículos acceden por un mismo punto deslizándose hasta el final de la edificación donde se produce la “llegada y despedida” de ambos. La puerta de la vivienda queda totalmente oculta provocando con su apertura la configuración de los recorridos interiores de ella.
Una de las características esenciales de la formalización es el provocar una iluminación de las estancias indirecta. Mientras la zona de día es iluminada a través de zonas en sombra, porches, la zona de noche lo hace a través de patios abiertos a fachada en primera planta; ello nos ayuda a conservar la intimidad de la que hablábamos anteriormente.
El proyecto se desarrolla en varias fases, y aunque la forma va variando apareciendo nuevos elementos, en todas ellas quedan patentes estas reflexiones. La disposición del programa se caracteriza por englobar en una misma franja espacial acceso, escalera y servicios facilitando de esta forma la disposición de las demás estancias.
En planta baja (zona de día) se da un espacio diáfano alrededor de un núcleo de almacén y en planta primera (zona de noche) las habitaciones se complementan con sus respectivos patios. Ambos niveles se comunican por una doble altura haciendo de la zona del estudio un lugar de transición entre el día y la noche, un espacio definido por una ventana panorámica, convirtiéndose así en un mirador de un profundo campo visual colonizado por olivos.
Los clientes requerían también de una sala de usos múltiples y éste ha sido el elemento que más ha variado en el proyecto. Mientras que en la fase inicial queda integrado por una misma propuesta volumétrica, en una última fase se desliga adquiriendo su propia autonomía ubicándose en un lugar estratégico del jardín para acotar junto al vallado, la zona de recreo y piscina.